8 de marzo, día de la Mujer: ocho mujeres argentinas que no puedes dejar de conocer este #8M
Una vez más, este 8 de marzo se conmemora el Día de la Mujer. Y no es poco lo que se celebra, ya que las mujeres han sabido, saben y sabrán ser auténticas protagonistas de los hechos más destacables.
Pese, claro, al poco reconocimiento del que han sido objeto durante siglos.
Históricamente fueron los hombres quienes ocuparon las primeras planas y se llevaron los laureles. Y, en cierta medida, eso sigue sucediendo.
La mujer fue sistemáticamente ignorada, no por falta de capacidad o virtudes, sino -tan solo- por su género. Con ese marco, todos y todas podemos y debemos contribuir a cambiar este enfoque desigual.
Por eso presentamos 8 mujeres argentinas que marcaron, y siguen marcando, nuestra cultura y nuestra historia. Son casos que nadie puede dejar de conocer y reconocer.
Mujeres inolvidables
1- Aimé Painé, primera mujer mapuche en cantar en su idioma.
Es muy conocida como la Princesa Mapuche, Olga Elisa Painé, nació el 23 de agosto de 1943 en Ing. Luis Huergo (Río Negro) y falleció a los 44 años en Asunción, Paraguay. Legalmente sus padres no pudieron anotarla con un nombre mapuche, por lo que eligió el nombre de Aimé como artístico. Se destacó por rescatar y difundir la música folclórica mapuche.
Estudió música y, desde chica, se destacó por interpretar cantos gregorianos en el colegio. Se dio cuenta que esos tonos y esos cantos eran muy parecidos al Taiel mapuche, canto despojado, libre y natural. En 1973, a los 29 años, ingresó al Coro Polifónico Nacional y descubrió el significado de la música para ella. En un encuentro coral latinoamericano en Mar del Plata, en el año 1974, Aimé notó que mientras todas las delegaciones interpretaban canciones indígenas de sus países el coro argentino no las tenía en su repertorio. Esa inquietud la movilizó a la investigación sobre sus propios orígenes y descubrió que la música mapuche era una verdadera atracción espiritual, que su música provenía de la experiencia de cantar en un universo de soledad en el que se encontraba su tierra natal. Aimé Painé fue la primera mujer mapuche en salir de gira como tal, con la vestimenta tradicional, y la primera en cantar en mapuche y en explicar esa cultura. Recorrió medio continente con su canto e investigaciones antropológicas y viajó a Ginebra para participar en sesiones de la Subcomisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas.
2- Silvia Casas, Primera mujer argentina en adoptar un niño con VIH y fundadora de la Casa MANU.
Silvia Casas es Acompañante Terapéutica y fue referente Psicosocial de Cruz Roja Argentina. En el año 1990, Silvia, junto a su familia, fue la primera mujer en adoptar a un bebé con VIH. Emanuel, Manu, tenía 27 días de vida, le habían dado meses de supervivencia, pero vivió 8 años. Después de esa experiencia Silvia fundó CASA Manu en donde recibe niños en tratamiento, en estado de abandono, antes de ser adoptados. Silvia eligió dedicar sus días a mejorar la calidad de vida de tantos niños afectados por el virus y que no tienen contención familiar. Desde el año 2002 alberga en Casa Manu (Monte Grande- Buenos Aires) a niños y adolescentes en estado de abandono, les da contención, amor y con el diagnóstico y tratamiento los niños vuelven a la escuela. Se busca la revinculación con familiares o la posibilidad de adopción por otras familias. La actividad principal de la Asociación es el hogar de niños/as que funciona en su sede pero al mismo tiempo, desarrolla actividades de prevención del VIH/Sida brindando Talleres de Salud Sexual y Reproductiva y VIH en Escuelas, Profesorados, Clubes, Colonias de vacaciones, Empresas y en el lugar que la comunidad lo requiera, también trabaja contra la estigmatización que produce la enfermedad en la sociedad. En la actualidad , también , es centro de testeo para VIH , gratuito , libre y confidencial. Silvia Casas obtuvo varios reconocimientos como Embajadora de Paz y Premio Abanderados de la Argentina.
3- Maria Remedios Del Valle, Militar Afroargentina.
«La madre de la patria» nació en Buenos Aires entre 1766 y 1767, y participó activamente en la Guerra de la Independencia. Muchas mujeres acompañaban al ejército y colaboraban en diversas tareas, pero algunas, como María Remedios, además de acompañar a su marido, y a sus dos hijos, se alistó informalmente en el ejército y partió la primera expedición destinada al Alto Perú al mando de Ortiz de Ocampo el 6 de julio de 1810. Desde entonces, participó atendiendo a los enfermos y combatiendo en batallas como las de Huaqui, Vilcapugio, Tucumán, Salta y Ayohúma, siempre junto al general Belgrano, quien por su compromiso, disciplina y lealtad la nombró Capitana. Su marido y hijos no sobrevivieron, mientras que ella continuó peleando. Estuvo a punto de ser fusilada y fue torturada por los españoles. En 1813 fue tomada prisionera y la sometieron a azotes públicos durante nueve días, que le dejaron cicatrices para el resto de su vida. Con valentía, pudo escapar de sus captores para volver a los campos de batalla. Terminada la guerra, María Remedios del Valle volvió a Buenos Aires. Vivió en un rancho en las afueras de la ciudad, y frecuentaba los atrios de las iglesias vendiendo pasteles, tortas fritas y recogiendo sobras en los conventos. A mediados de la década de 1820, el general Juan José Viamonte la reconoció pidiendo limosna. Una vez elegido diputado, solicitó ante la Sala de Representantes, otorgarle a María Remedios una pensión por los servicios prestados a la patria. Murió el 8 de noviembre de 1847 sin haber recibido en vida el reconocimiento por su colaboración en la Guerras por la Independencia. Pasaron casi doscientos años hasta que en 2013, se aprobó, en su memoria, la Ley Nro. 26.852, que conmemora el Día Nacional de los/as afroargentinos/as y de la cultura afro. La sanción se dio en el marco del reconocimiento a la comunidad afroargentina y a la cultura afro, como un modo de lucha contra la estigmatización y el racismo. Un hito histórico en el camino de la visibilidad de los aportes de la comunidad afro en la construcción de la Argentina.
4- Miriani Pastoriza, primera astrónoma argentina. Un tipo de galaxia lleva su nombre.
Es la primera mujer en recibirse de astrónoma en la Universidad Nacional de Córdoba. Revolucionó la astronomía mundial con sus estudios. Se recibió en 1965 y en 1978, durante la dictadura cívico-militar, debió exiliarse a Brasil, donde continuó con sus investigaciones. Junto a su tutor, el Doctor Cersic, relevó todas las galaxias brillantes del hemisferio Sur y encontró galaxias cuya región central no era esférica. En su tesis de doctorado las estudió en detalle y encontró que esas regiones eran de formación de estrellas. Fue un descubrimiento muy importante que cambió la noción sobre las galaxias espirales. Esas galaxias comenzaron a llamarse ”Sersic-pastoriza”. Además, milita activamente por el cupo femenino en las ciencias. Trabaja con la Asociación Latinoamericana de Mujeres Astrónomas, con la que, por ejemplo, reivindican tener guarderías en los observatorios. En sus palabras «Hoy en día tenemos un programa en Brasil que se llama Niñas en la ciencia, vamos a los colegios y les explicamos el papel que la mujer puede tener en la ciencia. El mayor desafío es despertar vocación científica en las niñas».
5- María Rosa Lida, filóloga, miembro de la Real Academia Española y la Academia Argentina de Letras.
Helenista, medievalista, hispanista y filóloga. La argentina María Rosa Lida fue una de las pocas figuras académicas argentinas con relevancia internacional, durante el siglo XX. Nació el 7 de noviembre de 1910 en Buenos Aires, en el seno de una familia judía que hablaba idish, pero sus padres nunca dejaron de incentivarla sobre la cultura hispánica. Ambos abrazaron la filología de la lengua española y lograron reconocimiento. Tanto que, María Rosa fue miembro correspondiente de la Real Academia de la Lengua Española, recomendada por el prestigioso historiador y filólogo, Ramón Menéndez Pidal; y más tarde, de la Academia Argentina de Letras. Egresada de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires con mención honorífica, en 1947 obtuvo su doctorado con una tesis sobre la poesía de Juan de Mena, bajo la dirección del escritor y crítico español, Amado Alonso. Gran erudita y conocedora del mundo grecorromano y judaico, comenzó a publicar sus primeras investigaciones durante los años 30 y 40. Su talento la llevó a ganar la beca de la Fundación Rockefeller, primero en Massachusetts (Cambridge) y, luego, en California (Berkerley). Ejerció la docencia en la Universidad de Buenos Aires, pero con el desmantelamiento en 1947 del Instituto de Filología y cierta persecución política, partió hacia Estados Unidos. Durante los 50, comenzó a dar clases en la Universidad de Harvard, pero solo como becaria, ya que los cargos permanentes solo estaban reservados para los hombres. Sin embargo, aprovechó el acceso a las importantes bibliotecas de la institución y es allí cuando comenzó a escribir su obra magna: La originalidad artística de La Celestina, la cual se publicó en 1963 por Eudeba. Hoy, continúa siendo el texto más crítico y reconocido sobre la obra de Fernando de Rojas. Su prestigioso no paró de crecer: el Smith College norteamericano le concedió un doctorado honoris causa por su enorme labor y aporte a las culturas clásicas, y así también lo hizo la UBA. Entre algunas de sus obras, tradujo del griego la Introducción al teatro, de Sófocles, y Los nueve libros de la historia, de Heródoto
6- Rosario Vera Peñaloza, Docente, fundadora de institutos educativos y capacitadora pedagógica.
“La Maestra de la Patria” Riojana de nacimiento, fue la impulsora de la educación inicial en Argentina. Fue maestra jardinera, docente de grado, profesora, directora, supervisora, inspectora, fundadora de institutos educativos y capacitadora pedagógica en enseñanza primaria y media, tanto pública y privada. Promovió la importancia del conocimiento a través del juego y de la exploración, la agudización de los sentidos, la expresión oral a través de la narración creativa de los niños y de la literatura infantil, el uso de las manos como herramientas creadoras. Consideró a la infancia como el tiempo por excelencia para la formación de los seres humanos. A lo largo de su trayectoria docente, buscó sin cesar la coherencia entre la pedagogía y la práctica del aula con propuestas reformistas y novedosas. En 1898 fundó el jardín de infantes anexo a la Escuela Normal de La Rioja, el primero de una larga serie de jardines fundados en las ciudades de Buenos Aires, Córdoba y Paraná. En 1907 se mudó a la ciudad de Córdoba, donde ocupó durante cinco años el cargo de vicedirectora de la Escuela Provincial “Juan Bautista Alberdi”. Entre 1912 y 1917 fue directora de la Escuela Normal Nº 1 de la ciudad de Buenos Aires. Recorrió el país impulsando la enseñanza, dictando cursos y conferencias y transmitiendo las nuevas técnicas en la creación de bibliotecas. Participó del Primer Congreso Patriótico de Señoras en América del Sud, realizado en mayo de 1910 en la ciudad de Buenos Aires. En 1931 creó el Museo Argentino en el Instituto Félix F. Bernasconi, basado en la teoría pedagógica de Joaquín V. González, que tomaba la Geografía como base de toda enseñanza. En su memoria, el 28 de mayo fue declarado “Día Nacional de los Jardines de Infantes” y “Día de la Maestra Jardinera” en Argentina.
7- Cecilia Grierson, primera médica argentina y referente feminista indiscutida.
Maestra, médica, y una referente indiscutida en la historia de la lucha por los derechos de las mujeres. Nació en Buenos Aires el 22 de noviembre de 1859 y murió el 10 de abril de 1934. En 1889 se convirtió en la primera médica argentina. Se graduó con 30 años en la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad de Buenos Aires (UBA). Feminista y luchadora, peleó contra los prejuicios y el machismo de su época. Fue maestra, médica, educadora, pionera en el campo de la obstetricia, la kinesiología, la puericultura, y la difusión de primeros auxilios. Se recibió de maestra en 1878 y obtuvo un cargo en la escuela mixta de la parroquia de San Cristóbal. A los pocos años, un duro golpe la haría dar un volantazo en su destino profesional: una amiga suya se enfermó y quiso encontrar el remedio para curarla de un trastorno respiratorio crónico. Estudió medicina, una carrera que, entonces, era para hombres exclusivamente. Con una voluntad inquebrantable logró ser admitida en la carrera. Se graduó el 2 de julio de 1889, convirtiéndose en la primera médica del país. En 1886 fundó la Escuela de Enfermeras, más tarde la Asociación Médica Argentina, la Sociedad Argentina de Primeros Auxilios y la Asociación Obstétrica Nacional de Parteras. Fue vocal de la Comisión de Sordomudos y secretaria del Patronato de la Infancia. En 1899 participó en Londres del “Congreso Internacional de Mujeres”, que la eligió vicepresidente. Esto la incentivó a propiciar la fundación del Consejo Nacional de Mujeres en 1900. Diez años más tarde presidió el “Primer Congreso Feminista Internacional de la República Argentina”, convocado por la Asociación de Mujeres Universitarias. El tema del congreso fue la situación de las mujeres en la educación, la legislación, el abandono de los hijos, y la necesidad del sufragio femenino. Fundó también el Liceo Nacional de Señoritas; presidió el Primer Congreso de la Sociedad de Universitarias Argentinas y formó parte del grupo fundador de la Sociedad Argentina de Biotipología, Eugenesia y Medicina Social. Cecilia Grierson luchó sin cesar por el reconocimiento de los derechos de la mujer. Escribió numerosos libros y otras publicaciones sobre medicina, educación y temáticas diversas.
8- Carola Lorenzini, la primera aviadora civil.
Fue la primera aviadora civil de nuestro país, siendo la primera en obtener el título de instructora de vuelo en todo América del Sur. Nació en 1899 en la localidad de Morón. Estudió dactilografía y era muy aficionada a los deportes,
practicaba equitación, remo, atletismo, salto, pelota, remo, jabalina y hockey. En 1935 fue campeona de atletismo. Vendió todas sus pertenencias para ingresar en el Aero Club Argentino, su mayor anhelo. Gracias a sus profesores, enseguida Le llegó la popularidad, la prensa la bautizó como “la aviadora gaucha”. En 1941, en una visita de la escuadrilla femenina del centro aeronáutico del Uruguay hizo un vuelo demostrativo en su honor, elevándose en un vehículo que no era el asignado, maniobró algunas acrobacias y cayó detrás de los hangares del aeródromo de
Morón, accidente que le provocó la muerte.